domingo, 22 de agosto de 2010

"Un sueño sin Despertar" (Cap.1)

Bueno, esta es una historia que acabo de hacer, se llama "Un sueño sin despertar" y espero que les guste :
Acá les dejo el capitulo 1:

Un sueño sin despertar (Cap. 1)
Estaba todo oscuro, no veía casi nada, sin embargo, sabía hacia dónde dirigirme. Divisé una luz a la distancia y fui corriendo hacia ella, corrí desesperadamente, tratando de llegar a lo que suponía era mi salvación. En eso escuché una voz: “Eres especial, Alexandra Wells”. La frase resonaba en mi cabeza una y otra vez, y cuando sentía que todas mis fuerzas se desvanecían, desperté.

Abrí los ojos y miré a mí alrededor. Estaba en mi cama, como siempre. Era el primer día de clases de este año, y cuando vi la hora, recién eran las 6 de la mañana. Volví a cerrar los ojos, pero los abrí otra vez ya que siempre que los cerraba llegaban las imágenes de ese extraño sueño a mi mente.

Falta de otra cosa por hacer, me levanté de la cama, me bañé y me cambié. Cuando terminé eran las 7 y media de la mañana, por la rendija de la cortina de mi cuarto se podía distinguir un rayo de sol.

Al abrir la cortina y la ventana, tuve que cerrar los ojos al percibir la luz del sol en todo su esplendor. Tomé mis cosas y bajé las escaleras dispuesta a enfrentarme a la escuela Harrington.

Recientemente nos habíamos mudado a California , antes vivía en New York. Debido al trabajo de mi papá teníamos que mudarnos constantemente, por lo que ni siquiera llegaba a terminar un semestre de la escuela, antes de empacar mis cosas y volver a mudarme. A esas alturas ya estaba acostumbrada, a pesar de conocer mucho más lugares que alguien de mi edad conocería, me sentía algo sola, ya que mi padre trabajaba prácticamente todo el día, mi mamá asistía a reuniones y comités cada semana, y Christopher, mi hermano mayor, vivía su vida como si yo no existiera.

Salí de mi casa con mi skate al lado mío, a pesar de que caminar era mucho más fácil adoraba patinar. Por supuesto que mi mamá había tratado con todas sus fuerzas quitarme esa costumbre, pero hasta ahora no había podido lograrlo. Mi mamá estaba convencida en convertirme en una de esas chicas refinadas y educadas, todo lo contrario a mí.

Empecé a patinar mientras escuchaba música en mi mp4, estaba tan concentrada tarareando una canción que no me di cuenta a la hora en que llegué al colegio.

Guardé mi skate y respirando hondo, entré. California era muy diferente a lo que había imaginado: todos iban con polos manga corta y shorts, y se les veía una sonrisa en el rostro a casi todos los alumnos, incluso los profesores. Entonces, entró una chica que hizo que casi todo el pasillo en donde me encontraba se callara.

Rubia, alta, delgada y bonita, la chica que había entrado caminaba con la cabeza en alto y mirando a todos con sus grandes ojos verdes. Me sentí pequeña a su lado, y esa sensación se incrementó al ver a sus acompañantes. Dos chicas la acompañaban, iban detrás de ella , al parecer se sentían admiradas al ver como todo el mundo les prestaba atención. Traté de ir hacia mi casillero para alejarme lo más posible de ellas, ya que no me interesaba ser popular ni nada por el estilo, cuando una de ellas me habló:

-Disculpa, ¿tú eres la chica nueva?-me preguntó con un tono demasiado meloso.

-Sí, esa soy yo-respondí fingiendo una sonrisa.

-Buena suerte en esta escuela-me dijo con una sonrisa, y luego agregó, susurrando-La necesitarás-terminó de decir y siguió caminando, junto a las otras chicas. Cuando doblaron la esquina del pasillo, todo volvió a la normalidad otra vez.

Rodé los ojos y suspiré. Mi primer día en la escuela y ya despertaba antipatía en la gente.

Supuestamente debía encontrar el salón de Matemáticas, pero no sabía ni donde estaba parada. Saqué el horario de clases de mi mochila y un pequeño plano de la escuela. Estaba considerando la opción de no ir a clases cuando escuché una voz detrás de mí:

-Sigue el pasillo y a la izquierda-me dijo la voz. Volteé algo sorprendida, y mis ojos se toparon con unos verdes que me miraban fijamente.

-Allí queda el aula de Matemáticas-señaló el chico que estaba frente a mí.

-G-gracias-respondí algo tímida. Usualmente me costaba mucho hacer amigos, por lo que prefería estar sola.

-Si quieres te puedo acompañar-ofreció con una sonrisa.

-Claro-dije y bajé la mirada.

-Soy Ryan, Ryan Hutson-se presentó.

-Alexandra Wells-respondí.

-Bueno, vamos-dijo. Asentí y empecé a caminar con él. Llegamos al salón de Matemáticas y me senté sola en una carpeta de casi el final de la clase. Saqué los libros de mi mochila y ya estaba preparándome para soportar dos horas llenas de números, cuando alguien me habló:

-Disculpa, ¿ese asiento está ocupado?-me preguntó una chica. Se veía amigable, por lo que le dije que se podía sentar al lado mío.

-Me llamo Nicole, Nicole Simpson-se presentó después de sentarse.

-Alexandra Wells-dije sonriendo igual y empezamos a conversar.

Nicole era una chica amable, se notaba a la distancia. Era alta, casi a mi altura, tenía el cabello castaño claro y era super optimista. De lo que conversé con ella me di cuenta que era casi igual a mí: a pesar de ser tan diferentes físicamente, éramos casi iguales referente a la personalidad. A las dos nos gustaba patinar skate, escuchar música y detestábamos las Matemáticas. Sin embargo, a pesar de que conversé con ella las dos horas de clase, sentía que su cabeza estaba en otra parte, como si algo la preocupara.

Ya casi terminaba la clase, cuando el profesor se dio cuenta de que no estaba prestando atención.

-Señorita Wells, ¿por favor nos haría el favor de decir que he estado explicando?-me preguntó el profesor algo disgustado. Me paré de mi carpeta y miré la pizarra. No comprendía nada de lo que el profesor había escrito, sin embargo el profesor seguía esperando una respuesta. Bajé la mirada algo avergonzada y sentí que me ponía roja como un tomate, pero entonces Nicole me habló en un susurro:

-Geometría-me dijo, y entonces recordé algo que me habían enseñado en New York sobre Geometría, y se lo dije al profesor. Este no tuvo más remedio que aceptar que había ganado esta vez, no sin antes dirigirme una mirada algo fría.

-Gracias-le dije a Nicole mientras caminábamos hacia los casilleros.

-No hay de qué-respondió y seguimos caminando.

-¿Cómo sabías la respuesta?-le pregunté algo curiosa. Sentí que Nicole se puso algo nerviosa.

-Eh..este….¿porqué mejor no vamos a la cafetería?-me preguntó, tratando de cambiar de tema. No le di importancia y nos dirigimos hacia allá. Nos sentamos en una mesa junto con Ryan, quien era amigo de Nicole, y estábamos comiendo cuando me empezó a doler la cabeza. Al principio no le di importancia, pero me empezó a doler cada vez más fuerte, y entonces apareció en mi mente, como por arte de magia, una escena.

Estábamos en el colegio, de eso estaba segura, era una clase nueva, y un profesor al que nunca había visto. Los alumnos reclamaban porque al parecer iban a tomar un examen. Distinguí a Ryan sentado en una carpeta. Quise ver más, pero en eso todo se desvaneció tan rápido como vino.

-Alexandra, ¿estás bien?-me preguntó Nicole algo preocupada.

-Eh..sí, no es nada..Necesito ir al baño un momento, ya regreso-dije lo más rápido que pude y salí directamente al baño. Me eché algo de agua a la cara y traté de convencerme a mí misma que nada había pasado. No comprendía aún que acababa de tener una visión…..

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